Los años me han enseñado que abrazarse al silencio puede darte más de lo que te quita y, naturalmente, te da más o sientes plena satisfacción, porque "aquello" que parecía ser certero solo fue más que un triste espejismo ante el desierto y los poderosos rayos del sol que, una vez desplazados por el invierno que tanto amo, ese espejismo se esfumaría.
Podría expresar o simular tristeza por su partida, por su "desaparición"; pero hay distancias que uno debe celebrar; y más, si el espejismo es eso... solo un espejismo sin consistencia física y emocional, que ahora solo adquiere presencia cuando de transmitir sus quejas se trata. Sucede que es más fácil optar un estado victimizante. Entiendo, aunque en realidad no entienda ni un carajo esto de disparar a diestra y siniestra las palabras. En fin, uno nunca termina por conocer la esencia misma de un espejismo que así como aparece, luego que lo traspasas, se va... y también, puede cagarte como una linda palomita.
Mi silencio ha sido transgredido.
