lunes, 30 de marzo de 2009

Lucybell, nos estamos esperando

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Lucybell, viene a Lima. Leí por ahí que son los caseritos ¿y qué?

La primera vez que los escuché, fue cuando me amanecía haciendo los estúpidos pegados en el curso de Economía, estaba en quinto año de secundaria, en ese tiempo una de mis adicciones era esperar que asomara la noche para empezar con la bendita tarea, que más parecía curso de Laboral que de Economía. Radio Miraflores que a esa hora era mi radio favorita, tenía un programa llamado "Al filo de la Noche" coincidencia o no, así me encontraba, al filo de la noche y de la nada, con un montón de figuritas de muchos colores, tijera, goma y mi infaltable taza de café que a la larga terminó jodiéndome el sistema nervioso, tanto que ya no puedo tomar café; sino termino apretando los dientes...gajes del noctambulismo.

En "Al Filo de la Noche", escuché de todos los grupos que jamás había escuchado, debido a que yo venía de Burbujilandia (ahí no existía la buena música, no me compadezcan) uno tras otro iban y venían hasta que llegó Lucybell, se asomó a mi oído izquierdo y susurrándome dijo: "Yo te ví avanzar, entre sangre y amor" así que empecé; entre sangre y amor, entre sangre y amor...avanzando con mi taza de café hacia una cama sin fin, que no encontré sino hasta mucho después de terminar el colegio.



" En ti...todo AMANECE "


Luego vinieron "Mataz", "Sálvame la vida", "Hoy Soñé", "Amanece" ( que se convirtió en mi himno para Él) y muchas más, en realidad diría, que todas las canciones de Lucybell me agradan, quizás por ese aire de sensualidad que le siento a las canciones, como "Mataz" que no solo tiene que ver con los instrumentos que componen las melodías; sino por la voz, esa potente voz varonil y por momentos -según sea la canción- suave de Claudio ("Ten Paz") pues "cada vez que lo veo brillar, logro entender que puede ser más". Lucybell sin duda, llegó en una etapa de mi vida, en la que no sabía si estaba dormida o despierta.

Muchas sensaciones Lucybell; diría, demasiadas para conmigo.

Ahora, estoy sentada, por unos minutos me detengo y miro la entrada, que cuidadosamente guardé en el "Libro de Arena" de Borges...no, no me arrepiento, ella vale mis amanecidas llenas de figuritas y color, mis tazas de café, mi avanzar entre sangre y amor, mis sobrecírculos, mi cama sin fin, mi espera.

No podía negarme el gusto.



nulo vacío

no eres necesario
hoy lo comprendí mejor
que ayer
...y siempre la misma canción